El Hospital Príncipe de Asturias lleva un año aplicando su plan de calidad docente. Tras evaluar su desarrollo, el responsable docente del centro, José Ángel Gómez, destaca que "las administraciones no dan el soporte que necesita la formación especializada", un déficit nacional.
Álvaro Sánchez León - Viernes, 22 de Octubre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
"El MIR ha sido bueno, pero es mejorable". Esta es una de las conclusiones que hace José Ángel Gómez Carrasco, presidente de la Comisión de Docencia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares, tras la evaluación del primer año de aplicación del plan de calidad docente del centro madrileño. Según él, aunque el decreto formativo de los residentes publicado en 2008 y la futura troncalidad son cambios necesarios "para despertar del letargo" en el posgrado médico español, faltan recursos humanos y materiales para sacar al MIR toda su potencialidad, pero "las administraciones no dan el soporte necesario a la formación especializada".
Gómez Carrasco cree que entre residentes y tutores "hay un cierto descreimiento" sobre el éxito indiscutible del sistema MIR, entre otras cosas porque requiere una mejor metodología de evaluación en la que también se debe formar a los tutores, ya que "no se aprende por ciencia infusa".
De la experiencia de su hospital, el presidente de la Comisión de Docencia del Príncipe de Asturias destaca que se han detectado algunas cuestiones generales que el especialista en formación critica de su proceso formativo: una mejor supervisión de su actividad asistencial, la necesidad de entrevistas personalizadas con el tutor, una atención más esmerada en los servicios de Urgencias -"un punto caliente para todos"-, el exceso de guardias y las dificultades para acceder a las tareas de investigación.
Liberación parcial
Con respecto a los tutores, Gómez Carrasco subraya que "el decreto formativo despertó en él una ilusión renovada, pues habitualmente es muy favorable a las innovaciones. En general, entiende que dentro del hospital hay un empeño claro por adecentar las actividades docentes, pero es consciente de que cualquier mejora en la formación especializada requiere recursos humanos y materiales". Una vez asumido que, de momento, la tarea del tutor en el Sistema Nacional de Salud no se reconoce, "sí piden, al menos, que se les favorezca el cumplimiento de la liberación parcial de la asistencia para poder dedicarse a estas responsabilidades formativas". En el Príncipe de Asturias estaba previsto dejar un 10 por ciento del tiempo de sus agendas para tareas docentes "y no lo hemos cumplido ni de lejos".
Entre los factores más positivos, los residentes resaltan "el apoyo que reciben para la preparación de las sesiones clínicas y para la realización de comunicaciones para congresos. Además, califica con un notable a sus unidades docentes". En su opinión, los resultados de este análisis "muestran datos muy extrapolables a todo el sistema formativo nacional".
Esfuerzo por discriminar
Una de las lagunas del MIR, a su entender, es "que hace falta un mayor esfuerzo por discriminar" para que la evaluación sea eficiente. Según él, "aunque entre los residentes españoles se observa mucha calidad, porque muchos de ellos son de los mejores alumnos que han pasado por las universidades, no todos pueden ser buenísimos y, por lo tanto, no todos pueden ser iguales. Es una obligación ética de los docentes y muy estimulante para ellos que se evalúe adecuadamente su proceso formativo en el periodo de residencia".
La troncalidad, una nueva y laboriosa tarea para los tutores de residentes del SNS
La petición de más recursos humanos y materiales por parte de los tutores es una demanda antigua que se recrudece mientras se acerca la aprobación del futuro decreto de troncalidad que supondrá una reforma integral de la formación médica especializada. Según José Ángel Gómez, presidente de la Comisión de Docencia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, "la troncalidad va a suponer un cambio muy importante. Es una excelente idea, pero va a ser muy difícil de gestionar en los hospitales su puesta en marcha. Se puede, pero con los medios con los que contamos hoy por hoy, que son escasos, resultará muy complicado".
Contra la teoría política que diseña los decretos, la realidad de los centros sanitarios es así de rotunda. Gómez Carrasco no cree que sea una norma utópica, pero sí está convencido de que su éxito depende de la implicación de las administraciones sanitarias.
Desde ahora, más cargas
Con respecto a los tutores y las comisiones de docencia del Sistema Nacional de Salud, considera que la troncalidad "será muy laboriosa, sobre todo para cuadrar los tiempos, los calendarios y las rotaciones", un más difícil todavía que puede suponer la necesidad de "incrementar el número de jefes de estudio" si la intención es que el cambio docente tenga sus frutos.
Mientras se aprueba o no la troncalidad, en la agenda de Sanidad desde hace años, reclama "que las comunidades autónomas acaben de legislar los flecos que quedan pendientes del decreto formativo de 2008". De momento sólo lo han hecho Castilla y León y La Rioja.
El presidente de la comisión docente del centro madrileño teme que esta nueva carga desmotive a algunos tutores, ya que "hay mucho profesional con condiciones formativas muy buenas que, con el paso del tiempo, se va retirando de la docencia porque se desoyen sus reivindicaciones".
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