De nada ha servido que el Foro de la Profesión lleve años desgañitándose sobre la importancia de frenar la apertura de nuevas facultades. Los datos revelan, según los decanos, que han fallado al transmitir ese mensaje. Todo ello agravado por el déficit crónico de financiación docente.
Francisco Goiri - Viernes, 25 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
El Foro de la Profesión en pleno (OMC, CESM, Facme, Consejo Nacional de Especialidades, Conferencia Nacional de Decanos y Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina) ha escenificado, incluso físicamente, la mesa del conocimiento que este órgano profesional reivindica como sobrenombre desde su constitución, y lo hizo en las V Jornadas del Círculo Sanitario, que organiza el sindicato madrileño Amyts-Femyts.
En el mismo escenario (la sede de la OMC) en el que apenas 24 horas antes los facultativos se quejaban del abandono de la Administración ante las agresiones sanitarias (ver DM), los miembros del Foro que intervinieron en la primera parte de la jornada parecían impregnados del pesimismo que esa queja dejó en el ambiente. Joaquín García Estañ, presidente de la Conferencia Nacional de Decanos, puso voz a ese pesimismo al reconocer que tanto la organización que preside como el propio Foro habían fallado en un asunto clave: transmitir a la sociedad y, sobre todo, a las autoridades sanitarias la importancia de limitar el número de facultades de Medicina.
"Los 39 centros que existen en la actualidad se convertirán en 43 en cuanto se dé el visto bueno definitivo a la apertura de las nuevas facultades andaluzas, pero es que luego hay todavía más peticiones en el alero, de forma que seguiremos multiplicando centros. El mensaje ha fallado claramente". De la somera exposición de las cifras, García Estañ pasó a una pregunta claramente dirigida a las mismas administraciones autonómicas que han hecho oídos sordos al mensaje del Foro: "Que alguien me explique cómo se puede hacer esto compatible con el habitual déficit de financiación de la Universidad española y, sobre todo, cómo vamos a gestionar el exceso de médicos que la apertura de facultades dejará en los próximos años". Y es que la cicatería oficial para asignar fondos a la docencia universitaria fue otra muestra del pesimismo que ayer invadía al presidente de los decanos: "Bolonia ha llegado a nuestro país en el peor momento económico, pero dudo mucho de que si hubiera llegado en cualquier otro momento las cosas hubieran sido mejores.
El déficit de financiación que sufre la Universidad es tremendo y crónico. Hacemos lo que podemos con el dinero que tenemos asignado, pero el evidente salto de calidad que se necesita para alcanzar cotas más altas que las actuales exige, se quiera o no, aumentar el porcentaje del PIB que se dedica a la formación". Se cierran comillas y fin de la queja. García Estañ hizo ayer gala de su capacidad docente para que su mensaje, esta vez sí, lo captasen hasta los políticos.
¿Oportunidad perdida?
No mucho más optimista sonó Alfonso Moreno, presidente del Consejo de Especialidades, que, tras constatar el "momento crucial" que vivimos con la reforma conjunta del grado y el posgrado, pidió a esas mismas autoridades que "se aproveche de verdad ese cambio para hacer realidad el continnum formativo entre grado, posgrado y formación continuada que todos sabemos que es clave. Esperemos que no se convierta, una vez más, en una oportunidad perdida".
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