Los residentes del Aula MIR del Colegio de Médicos de Granada se acaban de subir al escenario para contar sus historias en forma de musical. Bajo la batuta de Fernando de Teresa, coordinador académico de esta iniciativa docente, los 25 actores, 21 de ellos R1, han aprendido a combinar el estudio con una herramienta de relajación capaz de crear un ambiente de trabajo mucho más fructífero.
Álvaro Sánchez León - Miércoles, 17 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
Los médicos son polifacéticos desde que nacen, pero sus perfiles se agudizan durante la residencia. Más que una sentencia lapidaria, esta afirmación es el resultado de una percepción de años, ya que el MIR configura al futuro especialista más de lo que parece, por su bautizo hospitalario en la vida real -hasta el momento las prácticas universitarias han sido otra cosa- y por su paso por el arco del triunfo en una época vital cargada de novedades. Por eso, aunque pueda parecer que está todo inventado, llegan ahora unos residentes con arte y nos demuestran que tienen la marcha suficiente para contarnos la vida de un MIR con tablas y a lo loco.
AulaMIR, el musical se ha estrenado por todo lo alto. De momento, ha sido una opera prima muy original, porque sólo se va a representar una vez. A partir de ahí vendrán los visionados de la copia en DVD, con el permiso de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). En ella, 25 actores, 21 de ellos residentes de primer año, interpretan en torno a 28 canciones con letra propia sobre el momento que miles de titulados en Medicina están viviendo estas semanas antes de acudir a una cita marcada en sus calendarios personales: el examen MIR, que será el próximo 29 de enero.
Enseñar entre partituras
Fernando de Teresa, coordinador académico del AulaMIR de Granada, es el alma de este proyecto lúdico-cultural-docente-vital. Según él, lanzarse a los escenarios ha sido una decisión madurada para hacer más fácil el estudio de los que el año pasado optaron a la prueba de acceso al posgrado, una herramienta de relajación capaz de crear un ambiente "más fructífero" de trabajo.
De Teresa siempre ha tenido ritmo, y muchas de las lecciones académicas se compusieron en forma de canciones. Después de unos años ya había material de sobra para aspirar a algo más grande y surgió la idea audaz de meterse entre bastidores. Pero la intención de este musical no es sólo autoformativa para los actores noveles. Los beneficios de AulaMIR: el musical van a ser destinados a un proyecto de Aldeas Infantiles en Haití, una hucha en la que después sus impulsores han tenido que hacer ingresos extras.
En dos horas y media largas de actuaciones modernas y divertidas los futuros especialistas meten en el pentagrama un mensaje: "Los médicos tenemos una profesión muy difícil, de una responsabilidad y una exigencia máximas. Tomar decisiones a diario que afectan a la salud de las personas nos pone muchas veces al límite de nuestras posibilidades. Esta responsabilidad se empieza a vivir durante la época de formación, de la que la preparación MIR constituye el último peldaño. Son siete meses en los que, tras acabar la carrera, se decide el futuro profesional de los jóvenes médicos", según destaca el hombre orquesta que ha hecho posible el lleno total en el Palacio de Exposiciones y Congresos de la capital nazarí.
Aunque la historia del paso del grado al MIR ha sido para muchos galenos un via crucis lleno de angustias y dolores, este musical made in Granada "es una comedia, porque creemos que la risa es una de las mejores formas de enfrentarse a los problemas cotidianos que nos rodean con equilibrio. Tal vez el médico sea uno de los profesionales que más necesita esta defensa para contrarrestar tanto sufrimiento al que se enfrenta continuamente. Pero, aunque tratemos el tema en clave de humor en este momento, nos tomamos esta bendita profesión muy en serio".
De todo el follón del montaje, De Teresa destaca "a nuestro equipo de actores, un grupo de médicos jóvenes que han sacrificado parte de su tiempo libre para preparar este espectáculo, sin recibir nada a cambio y siempre con la mejor de las sonrisas. Cada día que nos hemos reunido para ensayar -nunca todos juntos, porque siempre había cuatro o cinco de guardia- ha sido para mí una lección imborrable de generosidad, compañerismo, ilusión y valores humanos. Son un ejemplo que siempre citaré cuando oiga algún comentario relativo a la juventud de hoy".
Versiones 'ad hoc'
Como dicen sus creadores, este musical es un musical low cost hecho no por figurantes profesionales de la canción, sino de la Medicina. Broadway no era el destino de esta composición hecha con el alma.
El cogollo musical de esta obra está plagado de canciones de toda la vida con letras propias. Por ejemplo, versionando Pájaros de barro, de Manolo García, explican así en clase un paciente con hemocromatosis: José Alberto Marlasca / vecino de Cuenca / bebedor, fuma poco / tendrá unos cincuenta. / Ha venido por urgencias / la rodilla de una pierna / le duele a rabiar. / No se acerca a la playa / no pisa la arena / sin embargo nota / la cara morena. / Come y bebe a todas horas / sin embargo pierde peso / de tanto orinar. / Con los datos me pierdo / sin más pruebas no llego / ahora debo a tiempo / preguntar algo más a ver si acierto. / Ya no sube la cuesta / que le lleva a casa / le entra ahogo y se para a / mitad de escalera. / Con los signos que estoy viendo / ahora ya creo que lo entiendo / tiene un hígado de hierro / que quiero pinchar. / Con los datos que he expuesto / le tendré que pedir a algún experto / que demuestre si es cierto / que hay un gen que está mal puesto.
Así, con una versión de Como un lobo de Miguel Bosé cuentan las dudas de un alumno durante su preparación para el examen MIR, y con el ritmo de El Barrio hablan de lo que se siente al ir al Ministerio de Sanidad para la elección de las plazas.
Más allá de las preguntas tipo test hay esperanza y entusiasmo por la profesión. Como destaca De Teresa, de los 2.000 espectadores que siguieron el musical el día de su estreno, muchos de los más jóvenes quieren ser médicos. Para él, eso significa que los noveles actores de este teatro cantado han sabido transmitir con acierto los valores de la profesión: el esfuerzo hace felices, una actitud que, en Medicina, incrementa las ganas de compartirla con los demás. Se cierra el telón.
http://www.diariomedico.com/2010/11/17/area-profesional/profesion/cantando-bajo-la-presion-del-mir
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