domingo, 9 de septiembre de 2012

¿De verdad había previsión?


La noticia de que en la próxima convocatoria MIR se van a reducir un 5% las plazas para especialización no ha sido, por desgracia, una sorpresa que no creíamos que iba a ocurrir. No en vano sabíamos que habría un descenso así desde el mes de junio, fecha en la que se informó de las intenciones que el gobierno tenía preparadas para la prueba a la que cada año concurren miles de médicos. La razón es clara: no hay dinero para formar a tantos especialistas. Aunque luego se nos trate de convencer de lo contrario.

Lo grave de este asunto no es la tan esperada bajada en el número de especialistas, ni siquiera la introducción de criterios de mínimos en la prueba, o la reducción del denominado “cupo” de extracomunitarios. Lo grave es que esto no ha hecho más que empezar.

Desde hace años se viene denunciando desde distintos sectores de la profesión la falta de rigor a la hora de planificar los recursos necesarios para un correcto equilibrio entre la formación universitaria, la especializada y las demandas de la sociedad. Hemos vivido en el oscurantismo, en ocasiones aireado como triunfo por algunos políticos, de las cifras de médicos que ejercían en nuestro país. Hemos escuchado y leído que faltaban médicos y que por ello necesitábamos importar profesionales, de los que algunos han dudado y pocos hasta ahora han homologado sus titulaciones. Y hemos constatado con asombro como se ha dado rienda suelta a las universidades (mayoritariamente privadas) creando y aumentando muy significativamente el número de estudiantes de medicina.

Y ahora nos encontramos en el punto de inflexión, el año que despertará del sueño – de un batacazo – a todos los que hicieron oídos sordos a quienes anunciaron que la falta de previsión rigurosa daría como resultado un exceso de médicos.

¿De verdad había previsión? Si la había tratarán de justificar que la crisis económica ha dado al traste con los planes. Es verdad que un problema económico como el que vivimos desde hace unos años perturba cualquier análisis de previsión que cualquier experto hubiera podido hacer. Pero no es menos cierto que tanto antes como ahora ese análisis es inviable, pues se basa en estudios demográficos incompletos.

Al final el resultado es que la oferta de formación médica especializada sigue bajando y la demanda continúa aumentando. Y esta tendencia, mantenida durante unos años, puede dar como resultado una bolsa de paro médico que nos retrotraiga veinte años en la historia de nuestro país. Años en los que un lema sonaba en las aulas de las facultades y en las calles de nuestras ciudades: “6=0”. Un lema al que se verán abocados, si nada ni nadie lo remedia, miles de médicos que por falta de previsión e incompetencia de quienes tenían que planificar, creyeron entrar en una carrera con salidas profesionales y se encontrarán con un muro difícil de sortear.



Fernando Rivas Navarro

Vocal de Médicos en Formación y/o Postgrado de la Organización Médica Colegial


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