La ausencia de una formación reglada y específica en Urgencias supone una "grave amenaza" para la seguridad del paciente. Semes advierte de que la falta de la especialidad, unida a la carencia de medios materiales y humanos, impide garantizar la calidad asistencial en el futuro.
Francisco Goiri - Jueves, 20 de Enero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Ante la demostrada falta de sensibilidad de Sanidad a sus argumentos formativos, e incluso económicos, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) ha recurrido a la calidad asistencial para intentar persuadir al ministerio de que la aprobación de la especialidad es una necesidad inaplazable.
"La atención urgente prestada sin una formación adecuada y reglada supone una amenaza para la seguridad del paciente", reza la primera conclusión de la Cumbre sobre el Futuro de la Medicina de Urgencias, organizada en Madrid por Semes. Lo que traducido al lenguaje, habitualmente más combativo, de su presidente, Tomás Toranzo, suena así: "La carencia de especialistas formados es una amenaza grave para la seguridad de los pacientes y, además, pone en cuestión la sostenibilidad y viabilidad de los servicios de urgencias, tanto hospitalarios como extrahospitalarios".
En esta tesitura, los urgenciólogos que ejercen sin serlo oficialmente "no pueden garantizar la calidad de la asistencia en el futuro".Por si el ministerio (o las administraciones autonómicas reticentes a la especialidad) aún no se dan por enteradas, las conclusiones de la cumbre abundan en la idea central de un encuentro que ha reunido a más de 300 facultativos: "Los profesionales que actualmente se incorporan a los servicios regionales de Emergencias no tienen la formación adecuada para ejercer en estos servicios, y esto supone un impacto negativo en mortalidad y morbilidad.Según los datos que maneja la sociedad científica, en España se asisten al año más de 27 millones de sucesos en los servicios hospitalarios de Urgencias y Emergencias, y otros tantos fuera del ámbito hospitalario.
El estudio Eventos Adversos ligados a la Asistencia en los Servicios de Urgencias (Evadur), elaborado por la propia sociedad científica, revela que el 12 por ciento de los pacientes que acuden a estos servicios sufrirá un evento adverso ajeno a su patología, y que al menos el 70 por ciento de esos eventos sería evitable si existiera una formación específica en Urgencias.
"Tiene que darse la casualidad de que la necesidad del ciudadano coincida con la formación que tiene el médico que le atiende. Esta coincidencia se da en la mayoría de los casos, pero no se puede garantizar para el futuro", concluye Toranzo.Y a la consabida reclamación de la especialidad (que ha centrado buena parte de la cumbre), los urgenciólogos reunidos en Madrid añaden la petición de más medios materiales y humanos, "de forma que los pacientes no soporten demoras innecesarias para ser atendidos".
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