lunes, 4 de abril de 2011

Más herramientas para evaluar al residente

En España gran parte de la profesión médica se queja de que no existe una estructura que regule y garantice la calidad de la formación de los médicos residentes. De hecho, muchos MIR pasan de curso aunque no se lo merezcan, y no hay ningún examen que valore sus aptitudes. La correcta formación de los especialistas en ciernes depende, casi exclusivamente, de su interés, compromiso y responsabilidad, más que del sistema de evaluación continua que existe en España. Los MIR se quejan de que los tutores no tienen tiempo para evaluarles adecuadamente.

Alicia Serrano - Lunes, 4 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.

No sucede en otros países de la Unión Europea: prácticamente la totalidad de los MIR patrios pasan de curso."El que aprueba el examen MIR, haga lo que haga, ya es especialista, sólo es cuestión de tiempo", explica Mónica Lalanda, médico de la Unidad de Urgencias del Hospital General de Segovia. La opinión de Lalanda es generalizada entre los españoles que han trabajado fuera de nuestras fronteras y entre gran parte de la profesión médica. "Los residentes pasan siempre de curso y a veces lo hacen aquéllos que no están preparados. Llevamos años pidiendo que se regule esta situación", explica José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas (Facme).

¿Es un chollo hacer la especialidad en España? "En cierto modo, porque una vez que consigues pasar el MIR tienes cinco años, según la especialidad, de estabilidad social -excepto rotaciones externas puntuales- y no existen sistemas de valoración de aptitud durante o al final de la residencia", dice Juan Antonio Alonso, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología que ha trabajado 16 años en el Reino Unido. Su opinión no coincide con la de la mayoría de los residentes. "Si en otros países se evalúa con exámenes, el nuestro es diario con los pacientes", explica Fernando Rivas, vocal de los Médicos en Formación de la OMC. Según Borja Fernández, residente de Medicina de Familia del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, la formación del MIR depende del esfuerzo personal e interés que ponga el aspirante a especialista: "En algunas rotaciones te evalúan sin haberte conocido y muchas veces no trasciende lo duro que has trabajado".

En Francia, Italia y el Reino Unido, el sistema obliga al médico en formación a reciclarse continuamente. En Inglaterra, antes de comenzar la especialización, el médico ha tenido que rotar por varias especialidades y hospitales en periodos de 6 meses o un año, y después aprobar un examen de acceso al Real Colegio de Cirujanos previo pago de 900 euros, que es muy selectivo y el porcentaje de aprobados varía entre el 7 y 20 por ciento. Si se aprueba se opta a la especialización y el proceso de selección es por méritos obtenidos durante los años anteriores. "Hay entre 50 y 100 candidatos por cada puesto. En este periodo se realizan evaluaciones anuales, en las que se exige un número determinado de intervenciones, acreditar publicaciones, presentaciones en congresos, realización de auditorías clínicas, etcétera para poder pasar al siguiente año. Si la evaluación no es satisfactoria se repite el año o te excluyen del programa", explica Alonso.

Tutores mal pagados

El problema en España va más allá de realizar una o varias pruebas a lo largo del periodo de formación. Los tutores que se encargan de los MIR lo hacen por amor al arte. Hacen de guías y evaluadores a la vez, no cobran por la docencia y la ejercen durante su tiempo asistencial. "Es fundamental que dispongan de tiempo para desarrollar un correcto seguimiento del residente y le puedan evaluar con más conocimiento", dice Rivas.En algunos países como Francia y el Reino Unido, hay especialistas que se liberan de su trabajo asistencial para supervisar el proceso de formación. "En España se hace barato y se cuelga a los residentes de los hospitales. Si se quiere mejorar en la calidad, es necesario invertir", explica Fernando Pérez Iglesias, presidente de la Asociación de Redes Docentes y Asesoras (Areda).

Lo cierto es que son muchas las voces dentro de la profesión médica -colegios, sindicatos, sociedades científicas, decanos, MIR - que creen que el sistema de evaluación debería de cambiar. "En aras de la transparencia, sería conveniente sistematizar la evaluación continuada y formativa, que es la más importante en la residencia, y así parece que va a suceder con la troncalidad", dice Jordi Pales, presidente de la Sociedad Española de Educación Médica (Sedem).Las herramientas que se barajan para valorar la formación del MIR son muchas. "La evaluación continuada podría incorporar diferentes instrumentos de valoración, como exámenes escritos, observación, registro de actividades, etc. La evaluación ha de ser de tipo formativa, que permita corregir los errores y los déficit en el proceso de aprendizaje", dice Pales.

Oposición al examen

En los países de nuestro entorno se realizan exámenes, pero la mayoría de sus organizaciones de residentes se oponen a ellos. En el Reino Unido, por ejemplo, el examen de salida de la especialidad es la prueba más dura de todo el proceso.

Es teórico-práctico, dura 3 días y se realiza con pacientes reales. La inscripción cuesta unos 2.500 euros, que el candidato paga de su bolsillo. La LOPS recoge un examen MIR que acredite estas habilidades, y también el futuro decreto de troncalidad, pero sobre todo el Real Decreto 183/2008 abrirá las puertas a un nuevo modelo de evaluación que mejore al actual "sin caer en la simplicidad de una única prueba", dice el vocal de Médicos en Formación de la OMC.

Carga burocrática

La idea de que muchos MIR pasan de curso es generalizada, pero cada vez es más frecuente que en algún momento de la residencia no se evalúe favorablemente. "En mis veinte años dedicado a la docencia he conocido a algunos residentes irresponsables. A uno le suspendí, y a los otros les obligué a repetir la rotación", añade Pérez Iglesias. Lo cierto es que son casos aislados. "Soy tutor y sé que existen evaluaciones regulares, pero aquí la efectividad se pierde en una burocracia tremenda que supone una carga importante para el tutor que no está reconocida en absoluto", dice Juan Antonio Alonso.

En España no se premia ni se incentiva el esfuerzo

El MIR en España tiene una formación guiada, con unos contenidos que debe cubrir a través del autoaprendizaje. "El sistema de evaluación continua trata de certificar que las actividades realizadas se han hecho de acuerdo con los criterios estipulados por la Comisión Nacional de la Especialidad en su programa de formación. Así, los residentes son conminados a rellenar un libro donde deben contabilizar los pacientes tratados, las técnicas realizadas, las guardias realizadas, los artículos publicados...", explica Fernando Rivas, vocal de los Médicos en Formación de la Organización Médica Colegial (OMC). Pero muchos creen que este sistema no es suficiente. "El mayor problema es que no existe ningún control de calidad efectivo. Todo depende del interés, compromiso y responsabilidad personal del residente y de la disposición de los adjuntos. No existe una estructura que regule y garantice la calidad de la formación de los futuros especialistas. Es injusto, sobre todo para los residentes, porque no se premia ni se incentiva el esfuerzo", explica Juan Antonio Alonso, especialista en Cirugía Ortopédica Traumatología.Los programas de formación se fundamentan en tres pilares: la asistencia, la docencia y la investigación. "En España están descompensados y la asistencia se convierte en el principal y en ocasiones casi único pilar. Quizás no sea suficiente dejar a la voluntad de los residentes y a su sentido de responsabilidad la decisión de estudiar. Hay que pensar que el sistema de evaluación debe cambiar", dice Fernando Rivas.

http://www.diariomedico.com/2011/04/04/area-profesional/profesion/mas-herramientas-para-evaluar-al-residente

1 comentario:

  1. Al final lo que ocurre es que hay una legión de incompetentes que se aprovechan de la laxitud del sistema y una minoría de justos que son víctimas de tutores tiranos que usan los recursos punitivos con los mejores que se niegan a ser sus machacas.

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