Especialidad para Infecciosas

La prevalencia de patologías infecciosas ha hecho que todos los países desarrollados hayan puesto en marcha una especialidad propia siguiendo las directivas europeas. En España, Sanidad plantea que sea sólo área de capacitación específica, algo que rechazan los profesionales de la Seimc.

Ferrán Segura Porta. Presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. - Jueves, 2 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h

En primer lugar conviene precisar que estamos hablando del reconocimiento oficial de la especialidad y de la organización del proceso formativo, pues la especialidad, como tal, ya existe en 78 servicios, secciones o unidades en hospitales de todas las comunidades autónomas españolas. Esta realidad es la respuesta sanitaria a un problema de salud de la máxima importancia cuyo manejo se ha hecho especialmente complejo durante las últimas décadas.

Las infecciones hospitalarias, las infecciones emergentes, las nuevas y viejas epidemias, el sida, las infecciones de los trasplantados y otros estados de inmunodepresión, las infecciones relacionadas con los viajes y la aparición de la resistencia a los antibióticos han planteado un reto sanitario al que han respondido bien los sanitarios, y no tanto las administraciones, desgraciadamente.La buena respuesta a estos problemas ha condicionado un merecido prestigio de nuestros profesionales en el ámbito internacional. En este momento contamos con más de mil profesionales en la sección de Enfermedades Infecciosas de nuestra sociedad (Seimc).

Esto hace que, aunque con una distribución geográfica irregular, exista una aceptable cobertura de las necesidades sanitarias de la población. Debemos pensar que en un hospital, el 35 por ciento de los pacientes tienen una infección y el 40 por ciento está recibiendo antibióticos. Pero sin un reconocimiento oficial de la especialidad y del programa de formación correspondiente el futuro está en peligro. No tenemos garantizado el relevo generacional. Una buena parte de los profesionales actuales no son jóvenes, y los médicos jóvenes, aunque les atrae la especialidad, no pueden elegirla y optan por otras. Aún es más hiriente que algunos de nuestros médicos jóvenes marchen a Portugal u otros países cercanos para conseguir el título, aunque tampoco les sirve si pretenden regresar para ejercer en España.

Prácticamente todos los estados han respondido a este reto creando la especialidad. En toda Europa, salvo Bélgica, Luxemburgo y España, existe oficialmente como reclama la directiva europea. En el resto del mundo la tendencia es la misma. Mostrar la lista de los países en que se ha implantado Enfermedades Infecciosas alargaría en exceso este artículo y añadiría más sensación de vergüenza. Tenemos que pensar que existe en todos los estados desarrollados y en otros con menos posibilidades. Nuestros compañeros iberoamericanos, para los que somos referencia en muchos aspectos, observan nuestra situación con incredulidad. No creo que el porqué precise muchos más argumentos, que obviamente están sobre la mesa. Más difícil sería encontrar argumentos para el por qué no.

Cómo y cómo no

El sistema de formación de especialistas goza de un gran prestigio en nuestro país. Nuestros médicos especialistas son bien considerados en España y en el resto del mundo. De hecho, muchos compañeros van a ejercer su especialidad en otros países por periodos más o menos prolongados. De manera que la formación de médicos especialistas en Enfermedades Infecciosas debe ser similar a la de otras especialidades médicas en España. La Seimc, con la colaboración de diversos profesionales, publicó en un número monográfico de nuestra revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica los detalles del programa formativo de la especialidad que rebasan los objetivos de este comentario.

En resumen, podemos decir que esta especialidad se puede beneficiar mucho de la próxima reforma del sistema formativo del posgrado con la creación de la troncalidad. De hecho, Infecciosas es una especialidad con un perfil horizontal o transversal, pues las infecciones pueden localizarse en diversos órganos o sistemas, tal como ocurre, por ejemplo, con la Oncología. Esto hace muy aconsejable la puesta en marcha de un periodo formativo común de 2 años con las otras especialidades médicas y 3 más específicos en enfermedades infecciosas.Después de explicar brevemente el cómo, conviene hacer algunos comentarios sobre el cómo no. Aunque parece innecesaria la aclaración, debemos hacerla ante algunas iniciativas anacrónicas que aún aparecen en España.

Es evidente que el amplio cuerpo de doctrina que he intentado resumir no puede aprenderse como si se tratase de una subespecialidad o según la nomenclatura vigente, un área de capacitación específica. Estas áreas pueden ser útiles para formación en temas muy concretos dentro de una especialidad en marcha. No es éste el camino que siguen nuestros colegas europeos o americanos. Sólo se puede comprender que alguien defienda esta fórmula para nuestra especialidad en la ignorancia sobre el contenido de la misma o por intereses coorporativistas inconfesables. Este sistema es, además de inadecuado, muy costoso, y alargaría la formación de nuestros residentes a siete u ocho años provocando una situación absurda que no les permitiría competir con sus colegas europeos y que desmotivaría a los jóvenes para escoger la especialidad.

¿Cuándo?

Aunque ese cuándo se debería haber producido en el pasado, debemos aceptar que ahora es un magnífico momento. En primer lugar, porque coincide con el nuevo sistema de troncalidad que es muy favorable para Infecciosas. Después, porque se está replanteando el mapa de las especialidades sanitarias desde el Ministerio de Sanidad. En tercer lugar, porque se está modificando la enseñanza de la Medicina siguiendo con el Plan Bolonia que pretende unificar el sistema docente del grado en toda Europa. Además, también se pretende unificar la formación de especialistas con la colaboración de la Unión Europea de Médicos Especialistas, que agrupa a los especialistas europeos y aboga por la unificación de la formación de esta especialidad.

Por último, y como factor esencial, porque hay un clamor unánime en la sociedad para la creacíón de Infecciosas. No somos tan solo los profesionales, sino también las asociaciones de pacientes, las autonomías, otras sociedades científicas, y aún más importante, los partidos políticos representados en el Congreso de los Diputados que, como expresión de la voluntad popular, presentaron una proposición no de ley instando al Gobierno a la creación de la especialidad de Enfermedades Infecciosas.

http://www.diariomedico.com/2010/09/02/area-profesional/profesion/especialidad-para-infecciosas