jueves, 30 de septiembre de 2010

Trabajo quiere que las regiones financien todas sus plazas MIR

Medicina del Trabajo espera que Sanidad y las regiones aprovechen la troncalidad para dar curso a una de sus principales exigencias: que todas sus plazas MIR se financien con fondos públicos. La inestabilidad actual se ha traducido este año en 30 plazas menos de posgrado.

F. Goiri - Jueves, 30 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

A las dudas y peticiones que el desarrollo de la troncalidad suscitan en muchas especialidades Medicina del Trabajo une la incertidumbre que cada año provoca la financiación de sus plazas MIR. La comisión nacional y las sociedades científicas de la especialidad piden al Ministerio de Sanidad y, sobre todo, a las regiones que se aproveche la troncalidad para materializar una vieja reivindicación de los médicos del Trabajo: que el cien por cien de sus plazas de posgrado se sufraguen con dinero público, y no haya que depender de los fondos privados que aportan mutuas y servicios de prevención, sujetos siempre a la arbitrariedad de la coyuntura económica.

El último fruto de esa incertidumbre presupuestaria es que en la oferta de plazas MIR 2010-2011, Medicina del Trabajo es la especialidad que más ha visto disminuir su oferta de plazas con respecto a la convocatoria anterior: nada menos que 30 puestos menos de formación. "Cuando la financiación de nuestras plazas depende del capital privado, es obvio que no podemos sustraernos a la crisis, pero es que, además, este año se ha reducido la oferta de plazas públicas (las regiones cubren cada año aproximadamente la mitad de los puestos que se convocan).

En Cataluña, por ejemplo, no hay ninguna plaza sufragada con dinero público", se queja Carmen Muñoz Ruipérez, miembro de la comisión nacional de la especialidad y de la junta directiva de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (Aeemt).El borrador de troncalidad que maneja Sanidad ubica a Trabajo en el tronco médico, de forma que sus MIR compartirán los dos primeros años comunes con residentes de otras especialidades.

María Castellano, presidenta de la comisión nacional, recuerda que, en esta tesitura, "ya no deberíamos preocuparnos por buscar financiación para esos dos primeros años, porque se supone que estaremos en igualdad de condiciones con el resto de las especialidades. Ahora habría que garantizar que los otros dos años también fueran cubiertos con dinero público, independientemente de que nuestros MIR rotarán por mutuas o servicios de prevención, porque estamos hablando de una especialidad clave para garantizar la salud de la población trabajadora". Castellano espera que la significativa reducción de plazas MIR de este año sea sólo "un episodio puntual motivado por la crisis, y que el año que viene aumente de nuevo la oferta".

Al margen de la financiación, otro nubarrón se cierne sobre el futuro inmediato de la especialidad: la reforma del decreto que regula el funcionamiento de los servicios de prevención, que ultiman los ministerios de Sanidad y Trabajo y que rechazan en bloque comisión y sociedades científicas. Muñoz Ruipérez recuerda que el nuevo decreto contempla la posibilidad de que otros especialistas asuman funciones propias de los médicos del Trabajo. "Esa propuesta sólo puede ser fruto del déficit de especialistas, pero entonces no se entiende por qué este año reducen tanto nuestras plazas MIR".

Una reforma legal que suscita muchas dudas

La controvertida reforma del decreto que regula los servicios de Prevención Laboral incluye varios puntos que, según Castellano y Muñoz Ruipérez, comprometen el futuro de la especialidad. El borrador deja claro que las unidades básicas (ubicadas en las empresas) deben ser atendidas por médicos y enfermeros del Trabajo, pero añade que los servicios de prevención ajenos serán cubiertos por "especialistas sanitarios", sin especificar que deben serlo en Medicina del Trabajo. Además, la Administración baraja la posibilidad de modificar el ratio médico/número de trabajadores: hasta ahora, la empresa debe tener un médico y un enfermero por cada 1.000 trabajadores. El Gobierno barajaba elevar ese número a 2.000, pero Muñoz Ruipérez cree que las protestas de la comisión y las sociedades harán que esa idea no prospere. A pesar de las dificultades, Castellano y Muñoz coinciden en un mensaje muy claro: Trabajo es, y seguirá siendo, una especialidad atractiva.

http://www.diariomedico.com/2010/10/01/area-profesional/profesion/trabajo-quiere-que-las-regiones-financien-todas-sus-plazas-mir


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