Jorge Iriarte asume el decanato de la Facultad de Medicina de Navarra el año en que el centro inicia su tercer curso adaptado a Bolonia, un programa cuyo éxito depende, según él, de los medios y de la ilusión de docentes y alumnos. Además, no ahorra críticas a la troncalidad.
María José Puertas - Jueves, 9 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
Jorge Iriarte, profesor titular de Neurología, acaba de asumir el decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra (ver DM del 6-IX-2010). Es partidario de un permanente diálogo con profesores, estudiantes y antiguos alumnos para mantener y mejorar los estándares de calidad del centro. Además, la facultad inicia este año el tercer curso con el modelo docente adaptado al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
¿Qué objetivos se ha marcado al frente de la facultad?
-Cuando uno dirige un centro tiene que pensar en los objetivos de las personas que le han elegido para ese puesto. La Universidad de Navarra quiere una facultad de Medicina que forme buenos médicos, técnica y humanamente, y, a la vez, seguir con su internacionalización, mejorando el nivel de inglés y las prácticas en el extranjero. Todo esto se consigue ayudando a los profesores y empleados del centro para que puedan realizar sus funciones. Mi obligación es trabajar en este sentido, y, personalmente, me interesa mucho mejorar el contacto con los antiguos alumnos.
¿Debería cambiar algo en la facultad de Navarra?
-Una facultad de Medicina es como un organismo vivo; siempre estamos cambiando. Ahora estamos implantando una metodología docente basada en una mayor implicación de profesores y estudiantes en la formación. Entre otras cosas, cambiará el doctorado y la configuración de los másters. Luego vienen cambios menores y otros a medio plazo, que a mí me interesan mucho. Trabajaré con mi equipo para fijar objetivos a tres o cinco años.
¿Qué valoración hace de su experiencia previa como vicedecano? ¿Qué le aporta a su nuevo cargo?
-He sido vicedecano durante un breve periodo de tiempo, algo más de año y medio, pero antes fui coordinador de sexto curso y adjunto al vicedecano de estudiantes, entre otras tareas. En estos seis años he hablado con cientos de estudiantes y muchos profesores sobre cómo mejorar la docencia en la facultad. La Junta de la facultad siempre ha escuchado a todos y ha desarrollado un plan de estudios atractivo y exigente.
Desde la experiencia que tiene Navarra en el modelo de Bolonia, ¿cómo ve el reto que este año tienen todas las facultades para adaptarse al EEES?
-Bolonia da unas directrices, persigue una enseñanza basada más en el aprendizaje del alumno que en lecciones magistrales, y fomenta la enseñanza práctica y la docencia en grupos pequeños. Aunque pueda parecer lo contrario, esto exige un mayor esfuerzo del profesorado, más tiempo y más docentes. Los resultados dependen de los medios materiales y humanos, pero también de la ilusión.
¿Cómo se ve desde el grado la implantación de la troncalidad?
-He visto el informe inicial del grupo de trabajo y el primer proyecto de real decreto de junio de 2010. En resumen, se aumenta la formación común y se disminuye la formación específica del especialista, algo que puede ser negativo para muchas especialidades. De hecho, los estudiantes no la quieren y muchas comisiones nacionales quieren que su especialidad salga de los troncos. Por ejemplo, yo soy neurólogo, y Neurología lleva años queriendo implantar el quinto año de residencia, porque cuatro son pocos. Con este borrador, sólo tendríamos dos años de formación específica. Si me preguntaran a mí, cambiaría bastante ambos textos.
¿Los dos años troncales se podrían evitar aumentando la formación práctica en los dos últimos años de carrera?
-Un objetivo de la formación práctica es la residencialización del estudiante, pero por el momento estamos lejos de conseguirlo. No hay tradición en España para que el estudiante tenga la responsabilidad de un médico, y, de hecho, sería ilegal No creo que a corto plazo sea una solución posible.
¿Qué le parece que se haya disminuido el peso del expediente en el cómputo final de la nota MIR?
-No me parece mal. El examen MIR es una buena prueba y discrimina quién sabe más y menos. Si el expediente cuenta el 10 por ciento, las diferencias entre los mejores van a disminuir y en el grupo central va a contar más el examen. De la misma manera, estudiantes con un expediente bajo no van a estar lastrados por esa nota y pueden sacar buen número si se preparan bien.
¿Cómo ve que todas las autonomías quieran tener su propia facultad de Medicina?
-Ahora hay en España 40 facultades de Medicina y cada año admiten a más estudiantes. Además, se sigue convalidando el título a miles de extranjeros. No tiene sentido que 6.000 médicos foráneos se presenten al MIR en igualdad de condiciones que los españoles; esto no ocurre en otros países. El problema en España no es la falta de médicos en números absolutos, porque hay suficientes. Puede influir la distribución, la organización, las funciones, la excesiva medicalización de la población, o bien otros motivos que los técnicos deben investigar.
Sin embargo, ahora mismo, ya hay especialidades con trabajo precario. La solución de crear más médicos o de traerlos del extranjero no es buena.
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